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Cuba rechaza propuesta de Uruguay ante la ONU

| Uruguay expresó satisfacción por nombramiento de delegada de DD.HH. ante Cuba y pidió a Castro que coopere

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Las deterioradas relaciones entre Uruguay y Cuba podrían tener un nuevo traspié, luego de que ayer nuestro país, junto a Costa Rica y Perú, presentaran un proyecto conjunto ante la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en el que expresaron su satisfacción por el nombramiento de una representante especial del Alto Comisionado de Derechos Humanos para que viaje a Cuba y pidieron al gobierno de Fidel Castro que coopere con ella.

Sin embargo, el ministro cubano de Asuntos Exteriores, Felipe Pérez Roque, aseguró que su país no colaboraría con el mandato de la resolución presentada el 19 de abril pasado, que proponía el envío a la isla de una representante del Alto Comisionado de Derechos Humanos, la magistrada francesa Christine Chanet, contra la que dijo no tener personalmente nada.

En conferencia de prensa en Ginebra, Pérez Roque declaró que "ningún país de América Latina ni Estados Unidos ni ninguno otro del mundo tiene autoridad moral para juzgar a Cuba" en materia de derechos humanos.

"Espero que ningún gobierno latinoamericano se preste a ello y que por un mínimo concepto de la ética y de la soberanía nacional sabrán resistir las promesas y presiones que hace cada año EEUU" para lograr la condena de Cuba en esta comisión, agregó el canciller.

ANTECEDENTE. La presentación por parte de Uruguay, en la que se invitaba al gobierno cubano a hacer avances en el campo de los derechos humanos, civiles y políticos similares a los que se le reconocían en el área social, motivó una crisis entre La Habana y Montevideo, que acabó con la ruptura de relaciones diplomáticas.

Batlle señaló entonces: "Los uruguayos entendemos que es natural y justo que los comisionados para los derechos humanos para las Naciones Unidas, institución a la que pertenecemos todos, se le habilite que ingrese a Cuba y que haga un informe sobre el estado de los derechos políticos. Nadie se puede agraviar de que se haga un informe sobre la situación de su país si se tiene confianza en cuanto a que respeta los derechos políticos".

La resolución, la primera presentada por un país de la región, fue aprobada por 23 votos a favor - entre ellos los de los países de la Unión Europea, Argentina, México, Chile, Costa Rica, Guatemala,Uruguay y Perú, 21 en contra - Venezuela, Rusia, China, Pakistán y la India, entre otros- y 9 abstenciones, entre ellas las de Brasil y Ecuador.

Este año, Estados Unidos ha vuelto a la Comisión de Derechos Humanos, de la que estuvo ausente el año pasado tras perder una votación secreta dentro del grupo occidental que se interpretó como un humillante castigo por su unilateralismo.

Luego de la decisión, el director de asuntos multilaterales de la cancillería cubana, Juan Antonio Fernández, la tachó de un insulto para la comisión y arremetió contra los países latinoamericanos que fueron copatrocinadores.

"¿Qué nos van a recetar, el modelo argentino, donde el pueblo ha sido robado descaradamente? (...) ¿Acaso el de Uruguay donde (...) se pasean impunes los torturadores y asesinos que enlutaron a su pueblo? ¿el de Centroamérica, donde la corrupción, el fraude y la impunidad parecen atributos permanentes de los gobiernos de turno? ¿Es ésa la democracia? No y mil veces no", disparó.

La nota oficial cubana afirmó que muchos de esos países "fueron amenazados por los más altos niveles del gobierno de los Estados Unidos", desde el presidente, George W. Bush, el secretario de Estado, Colin Powell, y la secretaria del Consejo de Seguridad Nacional, Condolezza Rice.

El embajador estadounidense, Kevin Moley, felicitó a Uruguay "por el valor que ha tenido al presentar esta resolución" y recordó que el texto nunca ha tenido tantos copatrocinadores y, sobre todo, nunca tantos de Latinoamérica.

CONTRAPUNTO. Por su lado, el jefe de Estado cubano, Fidel Castro afirmó entonces que la política del gobierno de Uruguay, que promovió una resolución sobre Cuba es "ruin y miserable" y calificó al presidente Jorge Batlle de ser un "trasnochado" y "abyecto Judas".

En respuesta del tono de los reiterados agravios proferidos contra el país por Castro, el presidente Jorge Batlle anunció que el gobierno uruguayo decidió romper las relaciones con Cuba. "Ha habido expresiones de subido tono de las que hemos tomado debida nota y adoptado las condignas resoluciones", señaló.

"El clima de agravios no es hacia mi persona sino hacia un país", dijo el mandatario, y eso "genera un distanciamiento inexorable".

Agregó que la "ruptura se mantendrá hasta que se advierta que el pueblo cubano tenga paz y libertad".

Batlle analizó la tensión diplomática con Cuba con legisladores del Foro Batllista. En el diálogo, el senador Pablo Millor reprochó que mientras Cuba se queja por el bloqueo comercial de Estados Unidos, ahora acusa a Uruguay por "genuflexo" cuando el país intenta lograr un acuerdo de libre comercio con la potencia del norte.

Al respecto del embajador cubano el mandatario dijo: "El hecho de que haya gente que representando a su país se honre de algo que a nosotros nos trajo desgracia, violencia, muerte y que abrió el camino al golpe militar, no nos da el gusto que se quede aquí".

En otro momento Batlle dijo que la situación con Cuba "es una situación muy triste, lo que he visto los últimos meses es un estado de nervio creciente de parte de las autoridades cubanas".

El proceso de ruptura

El 4 de mayo de 2002, el embajador de Cuba, José Joaquín Alvarez, regresó a su país luego de la ruptura de relaciones diplomáticas con Uruguay. El diplomático fue acompañado por una movilización organizada por el PIT—CNT hasta el aeropuerto.

Alvarez comentó a los periodistas que se sentía "orgulloso" por estar convencido de que lo iban a acompañar "los orientales, que no venden su rico patrimonio al bajo precio de la necesidad". Ya en el aeropuerto tomó un micrófono y afirmó: "Volveremos". Y parafraseando al comandante guerrillero Ernesto "Che" Guevara, dijo "hasta la victoria siempre" y "viva el comandante en jefe (por Fidel Castro) y el pueblo uruguayo".

Todo había comenzado un mes atrás con la afirmación del canciller cubano Felipe Pérez Roque de que Uruguay es "servil y genuflexo" ante Estados Unidos. El episodio derivó en que el gobierno uruguayo declarara "persona non grata" al embajador cubano, al tiempo que el embajador de Uruguay en Cuba fue cesado su misión.

El 24 de abril el vicecanciller, Guillermo Valles dijo que Uruguay "no acepta las injurias, las difamaciones que tienen por único objeto tratar de justificar lo injustificable: en Cuba no existen libertades".

Luego de reunirse con Valles, el diplomático cubano reanudó sus cuestionamientos indirectos hacia Uruguay al señalar que había solicitado custodia al gobierno porque "en este país pululan por las calles torturadores y asesinos que en una época cometieron graves crímenes contra el pueblo uruguayo".

Fuentes del gobierno dijeron en ese momento que el planteo del embajador fue considerado "inadmisible".

Después de eso al anunciar el rompimiento de relaciones, Batlle replicó a Castro que "el tono de los agravios ha subido y por tanto la respuesta nuestra también es muy sencilla: no creo que tenga sentido continuar las relaciones diplomáticas con Cuba".

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